en lo mucho que perdí y soñé,
en lo que pude ganar y perder,
en lo que fracasé y lloré.
Ha pasado mucho tiempo,
han pasado muchas cosas;
hechos buenos, agradables,
pero muchos más tristes.
Sin embargo el corazón
sigue latiendo; no me queda otra
que seguir viviendo
en este mar sin fondo.
Es difícil levantarse por la mañana
e inspirar aire, día tras día.
Han sido muchas las tempestades,
muchos sueños rotos.
Y no, no quiero vacaciones,
no quiero que mi mente tenga la libertad
de hacer lo que ella quiera, sin mando,
sin una guía. No quiero.
Todo se esfumaría... otra vez.
No debería volver a ocurrir.
Y pues... en la orilla de mi cama
hay llantos, cristales rotos,
y una desesperada fuerza
para seguir luchando, y volver a ganar...
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