04 abril, 2012

Cara a cara con la realidad.


Siento que me estoy ahogando
en un vaso de agua
que yo misma he llenado.

Siento un vacío que no consigo
suprimir con nada,
pues la rabia se está apoderando
del miedo, y la soledad
del espíritu.

Siento la necesidad de no callarme,
pues el silencio es la peor arma que existe
capaz de liberar los sentimientos
que ciegan y envenenan al ser humano.

La inocencia me la arrebataron en la clases
de tortura psicológica en aquel edificio blanco.
Muchas gotas han caído ya,
y siento que es hora de cambiar.

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