iluminado por la luna,
despedido por el sol.
Las olas no cesan de ir
de un lado a otro.
Qué ironía,
yo bailo al mismo ritmo.
Antaño gritaba desesperadamente
que todo se desvaneciera;
hoy apenas sé para qué sirve gritar.
Veo muchos caminos,
mas no veo el final de ninguno.
Siento que mi futuro
se desvanece día tras día,
y no sé qué debo hacer,
ni cómo actuar.
Las alas yacen rotas
en una esquina dominada por el tiempo.
1 comentario:
Excelente y profunda frase la final, un placer lectoral por así decirlo.
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