Hay veces que aúllo
como cual lobo hambriento
desesperada buscando aquéllo
que llaman amor.
Dicen que es dulce,
capaz de curar heridas
con tan sólo una caricia.
Todo el mundo lo desea.
Mas nadie es capaz
de decirme a la cara
esa maldita palabra,
ese susurro al oído.
Vagabundeo por las calles
del bosque, entre árboles,
en compañía de mis amigos,
los buitres.
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