mi diosa compañera
la que devolvió la vida
a mi alma.
Pienso en la belleza
que le ofrece a mis manos
y a mi mente.
Siempre aparece
en mi eterna oscuridad
cuando la mirada llora,
y el cuerpo se esconde.
No sé si me devuelve
aquello que llaman felicidad,
pero su magia, con fuerza,
evita el infierno.
Cada noche brilla con luz propia,
dejando huellas a su paso,
adentrándose en los sueños
parando el tiempo.