07 diciembre, 2011

Cayendo hacia el vacío.


Anochece en este mar
iluminado por la luna,
despedido por el sol.

Las olas no cesan de ir
de un lado a otro.
Qué ironía,
yo bailo al mismo ritmo.

Antaño gritaba desesperadamente
que todo se desvaneciera;
hoy apenas sé para qué sirve gritar.

Veo muchos caminos,
mas no veo el final de ninguno.

Siento que mi futuro
se desvanece día tras día,
y no sé qué debo hacer,
ni cómo actuar.

Las alas yacen rotas
en una esquina dominada por el tiempo.

1 comentario:

Unknown dijo...

Excelente y profunda frase la final, un placer lectoral por así decirlo.