09 septiembre, 2008

Herida.


Quería terminar eso sola.
¿Tan difícil es de comprender?
¿Por qué te complicas tanto?
¿Por qué no me escuchas?
¿Por qué te conviertes en el aire
que te clava su mirada,
su penetrante mirada,
sin ni siquiera tener una excusa?

Sí, eso buscaba yo.
Una estúpida excusa para decirte
que estoy cansada.
Cansada de dar vueltas en círculo.
Cansada de esta agonía
que no me deja respirar.
Cansada de tener que coger impulso
para comentar el día que llevo hoy,
o para hacerme la imbécil y decir que todo está bien.

No está bien. Nada está bien. Nada.

Mi vida se quiebra y no sé qué demonios hacer.
Sólo tengo fuerzas para soñar,
y ni siquiera sé muy bien cómo se consigue.

Hasta cuándo tendré las alas rotas,
hasta cuándo todo seguirá así.
Cuándo las lágrimas se despedirán de mí,
y no regresarán jamás.
Cuándo...