17 febrero, 2011

Palabras afiladas


Cuando no quieres ver
la indignación se dirige a ti
con un rostro malvado.

Ojos grandes y brillantes
se clavan en lo más profundo
de tu ser, y te deja inmóvil
ante su presencia,

que solamente existe
en la mente de los demás,
mas es tan profunda
que todos pueden verla.

Risas, burlas, críticas,
resuenan en tus oídos.

Ojalá regrese pronto el silencio
pues nadie te ayudará
a salir de este infierno
a menos que sepas pedir perdón.

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